No es mi intención exaltar lo andaluz. De eso ya se está encargando Cruzcampo, de manera más/menos acertada. Esta vez pretendo aclarar ciertos aspectos del andaluz en el campo lingüístico. He de decir que no soy filóloga ni experta en semiología o similar, pero durante la carrera he cursado varias asignaturas relacionadas que me permiten exponer de manera argumentada -espero- mi postura.
A juicio de muchos- me incluyo -, se está atacando al andaluz de manera injusta debido a la ignorancia.
Y es que ¿quién no ha escuchado alguna vez eso de "Los andaluces no sabéis hablar"?
Se trata de una modalidad lingüística del español tan digno como el resto. Pero por injustas valoraciones socioculturales, el que un catalán diga "can Jordi" está bien visto y que yo, como andaluza, pueda llegar a decir "ca Paco", no.
Pues bien, seré clara y concisa:
El español, que incluye a todos sus dialectos y modalidades, es un diasistema heterogéneo. Es la suma de todos los hablantes de español durante toda la historia de la lengua.
No se debe presuponer el predominio de una sola lengua, que es la modalidad culta y escrita, y que el resto sean incorrectas.
La lengua estándar, el conjunto de normas y reglas que definen los usos correctos en el campo de la ortografía, gramática y diccionario, es un código ejemplar y que nadie utiliza de forma concreta. Es un ideal y es inexistente.
Hemos de adecuar nuestros registros según nuestro auditorio y situaciones. Es lo que se llama la variación diafásica de la lengua. Las circunstancias. Por lo tanto, el uso que hagamos de la lengua será correcto siempre y cuando nos adecuemos al auditorio y no dañe el sistema lingüístico.
Creo que el profesor Coseriu no puede dar un acercamiento más unitario a los problemas actuales del español, que como vemos tienen que resolverse en dos sentidos. Aceptar que la norma castellana no puede seguir siendo la única en la que se base la norma de español ejemplar peninsular, y que una norma ejemplar de español peninsular no puede seguir siendo la única válida, excluyendo al español de América, como norma ejemplar de nuestro idioma común. En este sentido, el andaluz puede convertirse en el eslabón más importante de esta cadena llamada lengua española que a todos, españoles y americanos, nos une tan dulcemente, tan libremente.
A juicio de muchos- me incluyo -, se está atacando al andaluz de manera injusta debido a la ignorancia.
Y es que ¿quién no ha escuchado alguna vez eso de "Los andaluces no sabéis hablar"?
Se trata de una modalidad lingüística del español tan digno como el resto. Pero por injustas valoraciones socioculturales, el que un catalán diga "can Jordi" está bien visto y que yo, como andaluza, pueda llegar a decir "ca Paco", no.
Pues bien, seré clara y concisa:
El español, que incluye a todos sus dialectos y modalidades, es un diasistema heterogéneo. Es la suma de todos los hablantes de español durante toda la historia de la lengua.
No se debe presuponer el predominio de una sola lengua, que es la modalidad culta y escrita, y que el resto sean incorrectas.
La lengua estándar, el conjunto de normas y reglas que definen los usos correctos en el campo de la ortografía, gramática y diccionario, es un código ejemplar y que nadie utiliza de forma concreta. Es un ideal y es inexistente.
Hemos de adecuar nuestros registros según nuestro auditorio y situaciones. Es lo que se llama la variación diafásica de la lengua. Las circunstancias. Por lo tanto, el uso que hagamos de la lengua será correcto siempre y cuando nos adecuemos al auditorio y no dañe el sistema lingüístico.
Creo que el profesor Coseriu no puede dar un acercamiento más unitario a los problemas actuales del español, que como vemos tienen que resolverse en dos sentidos. Aceptar que la norma castellana no puede seguir siendo la única en la que se base la norma de español ejemplar peninsular, y que una norma ejemplar de español peninsular no puede seguir siendo la única válida, excluyendo al español de América, como norma ejemplar de nuestro idioma común. En este sentido, el andaluz puede convertirse en el eslabón más importante de esta cadena llamada lengua española que a todos, españoles y americanos, nos une tan dulcemente, tan libremente.