La música, y el arte en general, es para mí una forma de sanación, de cura, de exorcismo que nos libra de nuestros monstruos interiores y exteriores, reales y ficticios.El ejecicio musical, como cualquier otro ejercicio artístico que supone su parte de escucha/lectura y su parte creadora/de escritura, también significa una forma de terapia del alma."Quien canta, su mal espanta" dice el refrán. Y es que la música está dispuesta para convocar la máxima aspiración de todo ser humano.No somos muy distintos a nuestros antepasados prehistóricos: También buscamos cobijo, también imploramos alimento, también permanecemos a la interperie y perseguimos...