
Dicen que no hay tiempo que perder. Lo dicen las noticias y los fanzines, las canciones de siempre y las películas en versión original del cine al que vamos de vez en cuando. Se cuela por las rendijas subliminales de la publicidad, por las caras B y por la letra pequeña. Vivimos al día: hiperconectados, hipermotivados, hiperenlazados. Seguimos viajando de átomos a bits a la velocidad de la luz. La cultura converge y se vuelve transmediática e híbrida. En este punto nos hemos quedado pensando, muy quietos, tratando de saber qué es lo que se pierde cuando el tiempo se va.Las ciudades contemporáneas nos han dejado un legado de overbooking en casi...