11 de diciembre de 2009

La perfecta cabrona

¿Podrías aceptar más trabajo sin que te aumentemos el sueldo o te ascendamos?

Ayer me quedé dormido. ¿Podrías prestarme tus apuntes?

¿Podrías parecerte más a la hija que siempre quise?

¡YO CREO QUE NO!


Este fragmento pertenece al prólogo del libro de La perfecta cabrona, de ELIZABETH HILTS. Me vino al recuerdo en el día de ayer: estaba echando una partida de billar cuando se acercaron a nuestra mesa unos chavales con la estúpida excusa de jugar. Lancé la frase que más se repite durante el libro: “yo creo que no”. Y tras usarla sentí un gran alivio interior.


Muchas veces hemos hecho cosas que no nos apetecían con tal de ser “tóxicamente encantadoras”, ¿verdad? En este caso, expresé qué era lo que yo quería: que me dejaran tranquila. Mi madre siempre me dijo que tenía un escáner en los ojos. No me gusta nada esa actitud en la gente. El típico que se te acerca y te dice: “Nena, creo que podría hacerte muy feliz”. A lo que yo siempre respondí: “¿Cómo? ¿Ya te vas?”. O el otro típico del bar que se acerca a tu mesay te dice: “Esta silla está libre?”, a lo que contesto: “Sí, y la mía también si te sientas :D”


“Eso no estaría bien”, pensamos, sin caer en la cuenta de que el precio que debemos pagar a cambio es muy alto. Mejor dejar las cosas claras desde el principio. La cabrona interior no quiere que seamos malas. Quiere que seamos firmes. Quiere que seamos razonables. Y quiere que seamos encantadoras, sobre todo con nosotras mismas.

Decir “Yo creo que no” hará que nadie malinterprete el significado de esa frase. Argumentar en contra es inútil; ¿cómo puede alguien insistir en que crees algo si tú afirmas lo contrario?

Es suave. Es cortés, pero a la vez fuerte, firme e indiscutible. Naturalmente, habrá ocasiones en las que decir «yo creo que no» no será suficiente. Esta frase es sólo un cucurucho sobre el cual construir una especie de helado verbal. Yo añado el número de bolas que quiero. I´m the boss :D


A algunas les puede resultar problemático utilizar el término «cabrona» para referirse a ellas mismas. Podemos llegar a creer que hacerlo equivaldría a afirmar la imagen negativa que las mujeres asertivas han llevado como un sambenito durante años. Es decir, si expresamos lo que realmente pensamos, debemos de ser unas cabronas.

Analicemos con detenimiento este punto. ¿Cuál es el problema exactamente? ¿Nos

estamos portando mal acaso? Yo creo que no :D


¿Sabéis cómo acabó la historia? Los chavales nos dijeron: “Podríamos quedar mañana para tomar algo, aquí o en otro sitio”. A mí este hombre no me interesaba un pimiento, pero, por pura amabilidad, le contesté: «Yo creo que no, pero podemos echar otra partida». Y ganamos. Sublime.

2 reacciones verbales:

seh! yo ya estoy sacando a la cabrona interior
tu crees?
yo creo que no
anda que le zurzan a tol mundo
un besote!!!!

home, te pueden decir gratuitamente zorra por gestos que no estén convencionalmente aceptados, pero la verdad que sí, mucho más a gusto con una misma cuando se dice una frase de esas

yo creo que tampoco! :D

Publicar un comentario

Reacciones verbales

Compartir

Twitter Delicious Facebook Stumbleupon Favorites