20 de mayo de 2011

Quise publicar una canción. Pero me contuve. Suelo hacerlo.
En ese momento dije bah..qué tontería..¿Para qué? ¿Sentirme de una manera que no quiero?
Supongo que te sentirías aludida..y le darías a "me gusta".. ¿pero luego qué? eso fue lo que me detuvo. Luego qué.
Siempre viene un luego y ahoramismo no quiero uno.

Entonces llegué a casa. Volví a encender el ordenador e hice lo mismo otra vez.
No es sencillo cuando tienes ideas arremolinadas en la cabeza y no saben salir. O no quieren.
Quizás hubiera sido mejor quedarme quieta. Cerrar mi cuenta para no cometer una tontería.

Para no tener que captar tu atención nunca más.

[Adaptación de un videopoema de S.Pavón]

10 de mayo de 2011

Miembros y miembras

En estos días de campaña electoral mis retinas sufren como en ninguna época del año. Pero para que mi intervención no me lleve más de unos cuantos caracteres solo me centraré una vez más en el plano lingüístico.

Porque una vez más los políticos demuestran su ignorancia INTENTANDO erradicar la discriminación de la mujer haciendo uso de ese doblete ya tan conocido por todos: ciudadanos y ciudadanas, niños y niñas, alumnos y alumnas... y para qué seguir.

Hoy en día, más por motivos políticos, que por los estrictamente lingüísticos, estamos asistiendo a lo que podríamos calificar de aberración morfológica. En lugar de hacer uso de una útil herramienta del español como es el masculino genérico para hablar de un colectivo, se empeñan en forzar la distinción. Lo cual, acarrea un nuevo problema: ¿Qué se pone primero: ciudadanos.... o ciudadanas?


Es bien sabido que de los géneros gramaticales, el masculino, en contraposición con el femenino, es el más extenso y el menos marcado. Y esto quiere decir que es capaz de adoptar y englobar significados femeninos y no así el femenino (por lo general). Cuando lo utilizamos, no hacemos tal distinción y fusionamos ambos géneros en uno solo.
¡Como si las mujeres no nos sintiésemos identificadas cuando el Rector dice "alumnos de la Universidad de Sevilla...!

Este doblete del que pecan los políticos sobre todo, para más inri, va en contra de una ley viva en cualquier lengua: la economía lingüística (decir lo máximo empleando lo mínimo). Es un recurso antirrentable. ¿Y la concordancia de los adjetivos? ¿también se haría repitiendo los mismos en masculino y femenino?...

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