17 de abril de 2010

¿Hay futuro?




Privilegiar a aquellos artistas capaces de entregar un producto estándar o al gusto de una mayoría podía tener sentido en un momento de economía de la escasez, en el que para hacer llegar dicho producto a los oídos de los clientes era preciso originar un coste por cada unidad de soporte vendido. Sin embargo, en la actualidad, los CD ya no son necesarios porque ya no existe ese coste por copia realizada. Los clientes tienen en sus manos el mejor canal de distribución jamás diseñado por la mano del hombre, uno capaz de poner a disposición del público una cantidad de música muy superior a lo que la cicatera industria podía ofrecer.

Siempre he pensado que en muchos aspectos económicos hay demasiados intermediarios innecesarios que lo únicos que hacen es aumentar el precio del producto y/o servicio, siendo la industria musical uno de ellos.

La publicidad que se hacía (y que hoy en día algunos se empeñan en conservar) nos resultaba molesta. Encendíamos la radio y escuchábamos una cuña radiofónica promocionando el nuevo disco de Haze o Hanna Montana. Ahora, gracias a programas como Spotify o iTunes, la poca publicidad que recibimos es una publicidad personalizada debido a que quedan registradas nuestras listas de reproducción y, con ellas, nuestras preferencias.

Empeñarse en que el soporte como tal tiene un valor al que es preciso ligar un coste por copia es, simplemente, producto de una mentalidad nostálgica de tiempos pasados, trasnochada, incapaz de ver más allá de la punta de su…

nariz =)


Es más, una vez eliminadas las restricciones del modelo actual, podemos dar paso a una época en la que la creación no tendrá que estar necesariamente vinculada al desarrollo de un mercado masivo, y ello dará origen a una diversidad más amplia y, en esencia, a una producción artística superior, no inferior. La idea de que acabar con la industria discográfica es acabar con la creación artística o participar de alguna manera en la desaparición de la cultura es, por tanto, una falacia interesada producto de mentes torticeras empeñadas en el sostenimiento de un modelo de negocio caduco, una falacia que algunos políticos han devorado hasta el hueso, pero que, como un simple ejercicio de lógica nos demuestra, se encuentra completamente alejada de la realidad.

3 reacciones verbales:

Buscaré la película que yo me alimento de criticas destructivas sobre todo.

Y si me dejas que te recomiende un libro

Estado de miedo, de Michael Crichton

Ya hay muchos autores que, en sus obras, usan el "Copyleft".

Bastante de acuerdo contigo en que éste modelo económico va a acabar con la cultura...no hay más que ver la música que ha proliferado éstos últimos años..."reguetón", "flamenkito mezklao"...puaj!

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