Una característica relevante en la industria de la música, es el sistema de subsidios cruzados mediante el cual se sustenta el modelo tradicional basado en las ventas de CDs.
Un CD contiene, de media, entre 12 y 15 temas, de los cuales uno o dos singles se difunden previamente para publicitar el disco. Ésto implica que si el consumidor desea comprar sólo algunas canciones, igualmente tiene que comprar el álbum completo. Esto reduce los costos medios de producción, pero eleva el precio para los consumidores y les genera una reducción en su utilidad.
Ésto ha propiciado la aparición de portales como Your Music, que ofrece la posibilidad de crear un CD con las canciones elegidas por el consumidor y personalizar el libreto y la carátula. Todos los álbumes están en venta por 6,99$ y no cobra los gastos de envío. Esto supone, por lo tanto, mantener un doble modelo de negocio: el tradicional basado en el soporte físico y el nuevo basado en la distribución y venta digital de canciones.
En lo relativo al modelo tradicional, las empresas deben continuar buscando fórmulas innovadoras. Pueden ser a través de la aportación de mayor valor añadido para el segmento de consumidores que están dispuestos a pagar por ello (libreto de lujo, CD acompañado de DVD musical, CD y DVD en un solo formato, etc.) o de la edición de
productos muy sencillos y baratos para aquellos grupos de personas que priman el precio y que no tienen perfil tecnológico.
De momento, en España son pocas las posibilidades de acceso a música legal por Internet y todavía no está claro cuál de los posibles modelos de pago existentes (pago por canción o por suscripción) es el más beneficioso para la industria. Apple apuesta por el primero, mientras que Terra ofrece ambas posibilidades.
Los negocios centrados exclusivamente en la distribución legal de contenidos musicales por Internet todavía no son muy rentables dado el limitado nivel de la demanda, el reducido margen y las complejidades de su implantación. Sin embargo, los modelos mixtos, basados tanto en la venta de contenidos como en la de reproductores, son los más rentables.
En cualquier caso, y siendo conscientes de los menores márgenes que proporciona la industria de contenidos para los productores de música, las compañías tienen que plantearse cuál es el alcance de su negocio y determinar qué otros retornos pueden obtener derivados de la inversión en los artistas con los que tienen contratos
(merchandising, management, ingresos por las ventas de conciertos, etc.).
Por todo ello, debemos ser partidarios de la rápida implantación de los nuevos modelos de negocio, debiendo ser aceptados por todos los que creemos en la música.
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